
Tras convertirse en uno de los fenómenos editoriales de los últimos meses gracias a la novela Contra el viento del norte, el austríaco Daniel Glattauer vuelve a llenar las páginas de Cada siete olas de cientos de correos electrónicos que descubren el final de la historia de amor de sus remitentes.
Él vuelve de Boston tras poco menos de un año y en casa lo esperan noticias de ella. Ambos se dan cuenta de que sus sentimientos no han cambiado y piensan que tal vez deberían verse una vez en persona. Pero Leo ha empezado una relación y Emmi aún está casada. Aunque, como nos enseña después de que seis olas rompan en la orilla llega la séptima, y ésa trae siempre muchas sorpresas.
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